martes, 24 de mayo de 2011

Carro de combate Mark I

El Mark I fue un carro de combate desarrollado por el Reino Unido en la primera guerra mundial como una solución al estancamiento por la guerra de trincheras que tenía el frente occidental. El primer prototipo del Mark I fue probado el 6 de septiembre de 1915 por el ejército británico, y en agosto de 1916 entró en combate. Inicialmente fueron denominados buques de tierra (land ships) por el Almirantazgo , pero para preservar el secreto, los primeros vehículos fueron llamados transportes de agua (propósito inventado a fin de inducir a error a los espías alemanes). Los trabajadores de William Foster Co. Ltd en Lincoln tenían la impresión de estar construyendo transportes de agua para Mesopotamia, por lo que los llamaron tanques, y el nombre se mantuvo.


Dotados de 2 cañones de 6 pulgadas y 4 ametralladoras Hotchkiss del calibre 303, y con un motor de 105 Cv que desarrollaba una velocidad máxima de 4,5 Km a la hora. El Mark I fue el primer tanque en entrar en combate, en la batalla del Somme sin mayores éxitos. El motor estaba al descubierto dentro de este, provocando altas temperaturas en su interior (50 ºC) además de otros inconvenientes como los gases que la tripulación (8 hombres) debía soportar, teniendo riesgo de desmayos o hasta morir por asfixia. Al principio el blindaje era de 8 mm, las balas rebotaban en el exterior pero en el interior el blindaje se abollaba y saltaban esquirlas y remaches en todos lados, por esta razón además de llevar máscara antigás para los ataques con agentes químicos que eran comunes en esa época los tripulantes debían llevar guantes o cascos que reemplazaban a las máscaras antigás.


Los alemanes para detener estos tanques comenzaron a utilizar la municion K que era una munición antitanque de 7,62 x 57 mm disparada desde el fusil Mauser con recubrimiento de acero que penetraba el blindaje. Llegó a tener varias versiones mejorando el armamento y el motor para adaptarlo a las nuevas condiciones de guerra


Los resultados iniciales con los tanques fueron variados, con problemas de fiabilidad causados por desgastes considerables cuando el tanque entraba en combate y en el movimiento. En el terreno difícil sólo carros de combate como el Mark I y el Renault FT-17 tenían rendimientos razonables. La forma de romboide del Mark I conseguía sobrepasar obstáculos, especialmente trincheras muy anchas, con más facilidad que muchos vehículos de combate modernos.


Finalmente, el tanque dejó la guerra de trincheras obsoleta, y se utilizaron miles de tanques en el campo de batalla por las fuerzas británicas y francesas, realizando una contribución significativa a la guerra.

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