La ametralladora Maxim fue la primera ametralladora automática portátil. La inventó el nacionalizado británico nacido en Estados Unidos Sir Hiram Stevens Maxim, en 1884.
El mecanismo de la ametralladora Maxim utiliza la energía del retroceso para eyectar cada casquillo disparado e insertar un nuevo cartucho. Esta característica las hacía mucho más eficiente y menos dependiente de acciones manuales que las ametralladoras previas como la Gatling y la Gardner, que estaban diseñadas sobre principios completamente distintos, utilizando manivelas y sistemas de múltiples cañones.
Los ensayos demostraron que la Maxim podía disparar 600 balas por minuto, lo que era equivalente al poder de fuego de unos 30 fusiles de cerrojo contemporáneos. Comparada con las ametralladoras modernas, la Maxim era pesada, voluminosa y complicada, haciendo falta varios hombres para moverla o modificar su posición. Si bien solo una persona era necesaria para disparar la ametralladora, normalmente era operada por un pequeño equipo de personas. El sistema de refrigeración del arma requería el constante suministro de agua para poder continuar disparando en forma ininterrumpida.
La primera unidad del mundo en emplear la ametralladora Maxim fue la Singapore Volunteer Corps, en 1889. Esta era una unidad de defensa civil voluntaria de la colonia británica en aquel entonces, ahora un país independiente. La Maxim tuvo por vez primera un amplio empleo durante la Guerra Ruso-Japonesa, en la cual ambos bandos utilizaron ametralladoras Maxim en grandes números.
Al inicio de la Primera Guerra Mundial, varios ejércitos habían adoptado ametralladoras mejoradas. La Vickers británica era una Maxim mejorada y rediseñada, introducida en el Ejército Británico en 1912 y sirviendo hasta 1968. Fue producida en Crayford, Kent, en donde algunos modelos fueron instalados a bordo de los primeros biplanos construidos allí. La Maschinegewehr 08 alemana y la Pulemyot Maxim M1910 rusa fueron en menor o mayor grado copias directas de la Maxim.
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