martes, 26 de abril de 2011

Ametralladora Maxim

La ametralladora Maxim fue la primera ametralladora automática portátil. La inventó el nacionalizado británico nacido en Estados Unidos Sir Hiram Stevens Maxim, en 1884.

El mecanismo de la ametralladora Maxim utiliza la energía del retroceso para eyectar cada casquillo disparado e insertar un nuevo cartucho. Esta característica las hacía mucho más eficiente y menos dependiente de acciones manuales que las ametralladoras previas como la Gatling y la Gardner, que estaban diseñadas sobre principios completamente distintos, utilizando manivelas y sistemas de múltiples cañones.

Los ensayos demostraron que la Maxim podía disparar 600 balas por minuto, lo que era equivalente al poder de fuego de unos 30 fusiles de cerrojo contemporáneos. Comparada con las ametralladoras modernas, la Maxim era pesada, voluminosa y complicada, haciendo falta varios hombres para moverla o modificar su posición. Si bien solo una persona era necesaria para disparar la ametralladora, normalmente era operada por un pequeño equipo de personas. El sistema de refrigeración del arma requería el constante suministro de agua para poder continuar disparando en forma ininterrumpida.

La primera unidad del mundo en emplear la ametralladora Maxim fue la Singapore Volunteer Corps, en 1889. Esta era una unidad de defensa civil voluntaria de la colonia británica en aquel entonces, ahora un país independiente. La Maxim tuvo por vez primera un amplio empleo durante la Guerra Ruso-Japonesa, en la cual ambos bandos utilizaron ametralladoras Maxim en grandes números.

Al inicio de la Primera Guerra Mundial, varios ejércitos habían adoptado ametralladoras mejoradas. La Vickers británica era una Maxim mejorada y rediseñada, introducida en el Ejército Británico en 1912 y sirviendo hasta 1968. Fue producida en Crayford, Kent, en donde algunos modelos fueron instalados a bordo de los primeros biplanos construidos allí. La Maschinegewehr 08 alemana y la Pulemyot Maxim M1910 rusa fueron en menor o mayor grado copias directas de la Maxim.

jueves, 14 de abril de 2011

Bombardero B-26 Marauder

Durante los últimos años de la década de los treinta, el US Army Air Corps no disponía de bombarderos medios idóneos, por lo que dependía casi exclusivamente de los obsoletos Douglas B-18 y Martin B-10 , ninguno de los cuales contaba con prestaciones, carga de bombas ni armamento defensivo comparables a los más modernos aviones. Cuando en enero de 1939 el USAC hizo circular un esbozo de propuesta para un nuevo bombardero medio, puso bastante énfasis en la obtención de elevadas velocidades, largo alcance y una carga de bombas de 900 kg, aceptando tácitamente que tales características conducirían a una elevada carga alar y a prolongadas carreras de despegue y altas velocidades de aterrizaje.

Preparado por Peyton M. Magruder y presentado al Tribunal Aeronáutico por Glenn L. Martin Company el 5 de julio de 1939, el diseño Martin 179 fue declarado el mejor de todos los sometidos y, pese a una carga alar superior a la prevista por la USAAC, se ordenó de inmediato su fabricación. Con sus cinco tripulantes, el Martin 179 debía ser propulsado por dos motores radiales Pratt & Whitney R-2800 Double Wasp de 1.850 cv, colocados en góndolas adosadas al ala de implantación alta. Dos ametralladoras de 7,62 mm y dos de 12,7 mm constituían el armamento defensivo; en el centro del elegante fuselaje de sección circular se situaba una despejada bodega para alojar la carga de bombas.


Cuando fue introducido por primera vez en servicio, el B-26 costaba aproximadamente 260.000 dólares, pero su precio fue descendiendo y en 1944 apenas superaba los 130.000 (a título de comparación, indiquemos que el coste de un B-25 era de algo más de 140.000 dólares). Se trataba de un avión robusto, cuyo fuselaje semimonocasco constaba de tres secciones, con cuatro largeros principales, costillas transversales circulares y larguerillos longitudinales; la sección central, con la bodega de bombas, estaba construida íntegramente con la sección alar. La estructura alar de tipo caja, formada por dos pesados largeros maestros con grueso revestimiento, era reforzada por miembros de envergadura total destinados a proporcionar rigidez torsional; la totalidad del borde de ataque estaba abisagrado al largero delantero con la finalidad de mejorar la accesibilidad al interior alar. Sólo el timón de dirección llevaba recubrimiento textil. Los dos aterrizadores de accionamiento hidráulico se retraían hacia atrás; el del morro giraba 90º hasta alojar su rueda en posición plana en la proa del fuselaje.

La tripulación que al final comprendía siete tripulantes: dos pilotos, navegante, operador de radio, artillero delantero/bombardero, artilleros de cola y dorsal. Las ametralladoras de 12,7 mm (una en el morro, cuatro en los costados del fuselaje, dos en la torreta dorsal, dos de acionamiento manual en los puestos laterales y dos en posición caudal) estaban alimentadas por un total de 3.950 disparos. La carga ofensiva máxima de dos bombas de 726 kg y un torpedo de 900 kg fue poco usual: en la mayoría de los casos, los B-26 efectuaban sus salidas operativas con una carga consistente en ocho bombas de 227 kg o 16 de 113 kg.

Las operaciones bélicas de los B-26 durante los 11 primeros meses de intervención estadounidense en la guerra estuvieron confinadas al teatro del Pacífico, pero desde diciembre de 1942 los Groups de Bombardeo Nos. 17, 319 y 320 operaron con la 12ª Fuerza Aérea en el norte de äfrica con B-26B y B-26C. Posteriormente apoyaron a los ejércitos aliados en Sicilia, Italia, Cerdeña, Córcega y el sur de Francia.
Las primeras operaciones con B-26 en el norte de Europa fueron frustrantes. Tras un relativamente buen bautismo de fuego del primer grupo de B-26 de la 8ª Fuerza Aérea, el 322º, en un ataque contra la estación generadora de Velsen, el 14 de mayo de 1943, un segundo ataque efectuado tres días más tarde contra el mismo objetivo se saldó con la pérdida de los 10 aparatos que intervinieron en la misión. Reconociendo la aparente vulnerabilidad de los B-26 al fuego antiaéreo, las futuras operaciones se circunscribieron a media y alta cota. La real capacidad del B-26 no fue aprovechada hasta finales de 1943, cuando el avión, asignado a la recién creada 9ª Fuerza Aérea. asumió misiones de ataque estratégico a media cota(aunque con escolta de caza), en preparación de la prevista invasión de Europa.
Entretanto, el B-26 entró en servicio con la RAF. En julio de 1942, el primer Marauder Mk I (equivalente al B-26A de 19,81 m de envergadura) llegó a Egipto y al mes siguiente el 14º Squadron empezó a sustituir sus Bristol Blenheim por los nuevos aviones norteamericanos. Sin embargo, la RAF se hizo eco de las críticas anteriormente expuestas por los propios estadounidenses. Los aviones que debían entregarse al Oriente Medio quedaron almacenados, de modo que el 14º Squadron fue durante varios meses la única unidad de la RAF equipada con Marauder.

La rápida expansión de las Fuerzas Aéreas Sudafricanas (SAAF) en el norte de África dio como resultado que los Marauder Mk II de mayor envergadura (equivalente a los B-26C-30-MO) fueran entregados a los Squadrons Nos. 12, 21, 24, 25 y 30 de la SAAF. Diecinueve B-26B de corta envergadura quedaron a cargo de la RAF. En 1944, los Marauder Mk III (equivalentes a los B-26F y B-26G) llegaron al teatro del Mediterráneo y se alistaron en las SAAF, así como en seis escuadrones de la Armée de l´Air francesa.
La fabricación de los B-26B finalizó en Baltimore en febrero de 1944 con la entrega del último B-26B-55-MA. Además, Martin produjo para la USAAF 208 AT-23A, versión de entrenamiento y remolque de blanco del B-26B. La producción de Omaha finalizo en abril de 1944, con el B-26C-45-MO y 350 entrenadores y aviones de remolque AT-23B; de los aparatos de remolque de blancos, 225 fueron a la US Navy y al US Marine Corps, bajo la designación JM-1. Los aviones de la USAF fueron redesignados TB-26 en 1944.

Un ejemplar único XB-26D fue construido a partir de uno de los primeros aviones a fin de evaluar sistemas ant-hielo; la prevista variante B-26E, con peso reducido y la torreta dorsal adelantada hasta el compartimiento del navegante, no llegó a ser fabricada. No obstante, se produjeron otras dos variantes de serie. Ambas incorporaban alas de larga envergadura, con la incidencia alar incrementada en 3,5º. Esta medida fue considerada por la mayoría de los pilotos como una buena solución para mejorar las características de despegue y aterrizaje, pero acarreó la reducción de la velocidad máxima a 446 km/h. La producción de los B-26F-1-MA comenzó a finales de 1943, y las primeras entregas a la USAF tuvieron lugar al febrero siguiente. También se completaron unos 300 B-26F, de los que 200 fueron enviados a Oriente Medio bajo la ley de Préstamo y Arriendo , como Marauder Mk III (equivalentes a los B-26F-2 y F-6).
Numerosos cambios menores en el equipo identificaban a los B-26G, de los que Martin construyo 893, y suministró 150 a Gran Bretaña, también bajo la denominación Marauder III. En 1944 se produjeron 57 TB-26G, de los que los últimos ejemplares fueron a parar a manos de la US Navy y del US Marine Corps; en dichos servicios recibieron la designación JM-2.
Una vez solventados los problemas de despegue y aterrizaje, otra unidad de la RAF, el 39º Squadron, comenzó a recibir los Marauder Mk III, en Biferno (Italia) , en febrero de 1945; estos aviones continuaron su carrera en Oriente Medio, donde permanecieron hasta septiembre de 1946.

El último B-26 fue entregado el 30 de marzo de 1945, con lo que el número de Marauder construidos totalizó 5.157 ejemplares. Otro avión, el XB-26H (44-28221), fue acondicionado para probar el tren de aterrizaje biciclo con cuatro ruedas previsto para los bombarderos Boeing B-47 y Martin XB-48 .
Pese a los problemas inherentes a su avanzada filosofía de diseñó, el B-26 alcanzó un impresionante nivel de eficacia; los Marauder realizaron un total de 129.943 salidas operacionales en los teatros europeo y mediterráneo, durante las que lanzaron 169.382 toneladas de bombas. Sus tripulaciones reclamaron el derribo de 402 aviones enemigos; la pérdida de 911 aviones en combate representaba una relación inferior al 1%. En marzo de 1944, los B-26 en manos de la USAF estaban encuadrados en 11 grupos operativos que comprendían 43 escuadrones; 1.931 B-26 actuaban en en teatro de operaciones europeo.

  • Tripulación: 7
  • Longitud: 17,75 m
  • Envergadura: 21,64 m
  • Altura: 6,55 m
  • Superficie alar: 61,13 m²
  • Peso vacío: 10.886 kg
  • Peso cargado: 16.780 kg
  • Planta motriz: 2× Motor radial Pratt & Whitney R-2800-43.
    • Potencia: 1.412 kW (1.894 HP; 1.920 CV) cada uno.
  • Hélices: 1× de cuatro palas por motor.
  • Velocidad máxima operativa (Vno): 454 km/h
  • Alcance en combate: 1.850 km
  • Alcance en ferry: 4.587 km
  • Techo de servicio: 6.400 m
  • Ametralladoras: 12× Browning M2 de 12,7 mm.
  • Bombas: Hasta 2.359 kg en bombas de diverso tipo.

lunes, 11 de abril de 2011

Batalla de Jutlandia


La Batalla de Jutlandia fue el mayor combate naval de la Primera Guerra Mundial, y la segunda más grande de la historia después de la Batalla del Cabo Ecnomo en 256 a. C. Librada entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 1916 en el Mar del Norte, frente a las costas de Dinamarca, en ella se enfrentaron la Flota de Alta Mar de la Marina del Káiser, dirigida por el vicealmirante Reinhard Scheer, y la Gran Flota de la Armada Real Británica comandada por el almirante Sir John Jellicoe.

Los alemanes planeaban usar los cinco modernos cruceros de batalla del vicealmirante Franz von Hipper como cebo para atraer a la escuadra de Sir David Beatty hacia el grueso de la flota alemana con el fin de destruirla. Sin embargo, los británicos habían detectado, gracias a algunas comunicaciones interceptadas, que se estaba proyectando una operación a gran escala, por lo que el 30 de mayo Jellicoe zarpó al mando de la Gran Flota con la intención de reunirse con Beatty.

La tarde del día 31, Beatty y Hipper se encontraron el uno con el otro y en el curso de una batalla convencional, atrajeron a los británicos hacia la Flota de Alta Mar. Sin embargo, Beatty cambió el rumbo en el último momento y huyó en busca de la Gran Flota, por lo que las dos flotas mayores de Alemania y Gran Bretaña (unas 250 naves en total) acabaron viéndose las caras en una dura batalla entre las 18:30 de la tarde y la caída de la noche, que aconteció en torno a las 20:30. Resultaron hundidos 14 barcos británicos y 11 alemanes, con grandes pérdidas de vidas humanas. Jellicoe trató de cortar el camino entre la flota alemana y su base con el fin de continuar la batalla por la mañana, pero Scheer consiguió romper el bloqueo británico arropado por la oscuridad y regresó a puerto.

Las fuerzas de Jellicoe se componían de 28 dreadnoughts y 9 cruceros de batalla, mientras que Scheer contaba con 16 dreadnoughts, 5 cruceros de batalla y seis obsoletos pre-dreadnoughts. Los británicos también eran superiores en barcos ligeros. En total, la flota británica desplazaba 151 toneladas frente a las 61 toneladas de los alemanes.
Esta superioridad numérica se veía contrarrestada, sin embargo, por ciertos factores técnicos: Los barcos alemanes tenían un blindaje anti-torpedo más grueso; una división interna más simple y eficaz derivada del hecho de que la mayoría de los navíos germanos estaban concebidos para realizar viajes cortos en el Mar del Norte y por tanto no empleaban una gran parte de su espacio en camarotes para sus marineros, quienes descansaban en tierra cuando atracaban y los proyectiles alemanes eran superiores a los británicos que utilizaban munición explosiva por sobre la perforante.
Además los alemanes habían sacado provecho a su derrota en la Batalla de Dogger Bank, el año anterior, protegiendo las Santabarbaras de sus buques de posibles deflagraciones, reforzando la separación entre los cañones y los depósitos de municiones

Ambos bandos reclamaron la victoria. Los británicos perdieron más barcos y hombres, pero consiguieron sabotear el plan de Scheer de destruir la escuadra de Beatty. Los alemanes siguieron constituyendo una amenaza que requirió la concentración de la marina británica en el Mar del Norte, pero nunca lograron el dominio de los océanos. En su lugar, la Marina Alemana recondujo sus esfuerzos y recursos hacia una guerra submarina sin restricciones.

La victoria táctica fue para el lado alemán. No solo perdieron menos buques a la vez que causaban un daño considerable a la Royal Navy, sino que además sus buques resistieron mejor el castigo, su artillería fue mucho más efectiva y sus comandantes actuaron eficazmente en las acciones nocturnas.
Pero la victoria estratégica fue sin duda británica. Al final de la batalla y a pesar de las pérdidas seguían en condiciones de combate, mientras que la flota alemana decidía retirarse dejando a los ingleses como “dueños del campo de batalla”.

viernes, 8 de abril de 2011

Fusil de asalto CETME


CETME es el nombre por el cual se conoce el que fue el fusil de asalto oficial del Ejército Español desarrollado en España por la agencia Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales.

El Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales (cuyo acrónimo da nombre al fusil) se creó para contrarrestar los efectos del aislamiento internacional bajo la dictadura franquista. Diseñó gran número de productos militares poniendo gran empeño en los fusiles de asalto, en vista de la necesidad de sustituir los anticuados fusiles del Ejército Español (fusiles Mauser alemanes de la Segunda Guerra Mundial y sus versiones Coruña y Oviedo).
Históricamente este rifle deriva del fusil de asalto alemán Stg-44 y su evolución al Stg-45. Fue desarrollado a modo de prototipo por la compañía Mauser en 1945, pero la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial detuvo el proyecto. Sin embargo, algunos técnicos de Mauser implicados en el proyecto se refugiaron en España. Uno de ellos, Ludwig Vorgrimler, fue su principal desarrollador.

El CETME fue creado por orden del Ministerio de Guerra Español, y su primer modelo (A) vio la luz en 1952. En 1957 es adoptado por el Ejército de Tierra. Sucesivos modelos mejoraron aspectos como la cadencia, alcance, precisión y el tipo de cartucho (adaptándolo al cartucho estándar de la OTAN: 7,62 x 51 mm). El CETME L, LC fue el fusil reglamentario de los tres Ejércitos Españoles hasta 1999, cuando se adopta el fusil alemán HK G36E. Curiosamente el CETME fue codesarrollado por la empresa alemana Heckler & Koch desde 1957 hasta 1961, momento en que la marca CETME desaparece de los modelos alemanes dando paso al HK G3.

Tras el fin de la fabricación en 1975 del CETME C, en 1984 comienza la de los modelos L , LC y LV. Ambos sustituían las partes de madera por materiales plásticos, se redujeron los pesos y medidas, y se adoptaba el calibre 5,56 x 45 mm de la OTAN (o el equivalente 223. Remington ) gracias al cual los cargadores pueden ir dotados de más munición en el mismo espacio aproximado debido al tamaño de los cartuchos, ademas de suavizarse notablemente el retroceso. Es además la munición estándar de la OTAN por lo que supuestamente cualquier fusil de la alianza puede usar cargadores y munición aunque sea de otro modelo.
También incorpora un «botón» para retener el cierre en posición atrasada dejando la ventana de expulsión abierta al mismo tiempo, lo cual facilita la inspección de la recámara y las maniobras de solución y rearmado en caso de interrupción de tiro por defecto del cargador, cartucho o fallo de algún mecanismo. 

Aunque los prototipos dieron buen resultado, el fusil una vez recibido por las unidades se mostró en cambio inadecuado, en especial en asuntos críticos en un arma militar, como la resistencia y la fiabilidad mecánica. Salvando algunos errores de diseño (dilataba de forma asimétrica), principalmente parece que el arma estaba fabricada reduciendo los costes a menos de la mitad a causa de la grave escasez presupuestaria sufrida por el Ministerio de Defensa español, con un claro empeoramiento de control de calidad y materiales. El resultado de todo esto fue un fusil que sufría con facilidad desgaste y corrosión. Además, tenía una grave tendencia a producir interrupciones de tiro, a menudo siendo incapaz de tirar más de tres o cuatro veces antes de fallar; y una facilidad para ensuciarse internamente incluso con poco uso, que hacía que la tropa dijese con sorna que "CETME" significa en realidad "Cada Esquina Tiene Mierda Escondida" (a estos fallos contribuyó la poca calidad de la munición fabricada por Santa Bárbara, así como el empleo continuado, ante la imperiosa necesidad de reducir gastos al máximo, de cargadores originalmente diseñados para un sólo uso ). También se quejaban de lo laborioso de limpiarlo, pero esto puede deberse más bien a la baja instrucción dada a muchos soldados y la falta de herramientas de limpieza.

A pesar de estar disponible desde 1984, no fue adoptado oficialmente como reglamentario hasta 1987. Siendo los modelos de serie de calidad mucho peor que los del diseño original. Cuando diez años después se decidió sustituirlo, todavía había unidades a las que no había llegado o usaban aún el viejo Cetme C. Algunas, de hecho, ante las deficiencias del L volvieron a usar los C.

jueves, 7 de abril de 2011

Erich von Manstein


Erich von Manstein (1887–1973), Mariscal de Campo (Generalfeldmarschall) alemán, considerado uno de los más grandes estrategas de la Alemania nazi.

Manstein nace en Berlín el 24 de noviembre de 1887, siendo uno de los 10 hijos del matrimonio formado por general Eduard von Lewinski, oficial prusiano de artillería, y Helen von Sperling. En 1896, su padre fallece en un accidente militar y es adoptado por su tío Georg von Manstein, de quien heredaría su apellido y alcurnia.
Con 13 años, en 1900 se alista en el 3.° Regimiento de Granaderos de a Pie de la Guardia Prusiana y a los 16 años ingresa en la Academia Militar de Plöen, donde alcanza el grado de Alférez, especializándose en táctica militar.

Durante la Primera Guerra Mundial es herido de gravedad en la batalla del Somme. Recuperado de sus heridas, se convierte en jefe de operaciones de la 4ª división de caballería, y casi al final de la guerra es trasladado, también como jefe de operaciones, a la 213 división de infantería.

En el período de entreguerras, llega al rango de Mayor General, y en 1938 es llamado para ser Segundo Jefe de la Plana Mayor del Capitán-General Ludwig Beck, con quien tendría una sólida amistad.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial sirve como jefe del Estado Mayor del General Gerd von Rundstedt y toma parte en la Campaña de Polonia. Al mando del XXXVIII Cuerpo de ejército (4 divisiones) en 1940 participa en la invasión de Francia, donde adopta y perfecciona las tácticas del General Heinz Guderian llamadas Guerra relámpago (Blitzkrieg). Propone bajo este concepto una audaz acción en el bosque de las Ardenas para sortear la línea Maginot, pero es rechazada por el Estado Mayor. Sin embargo, Hitler aprueba su plan de operaciones y logra un brillante triunfo, que le vale el ascenso a General y la Cruz de Caballero.

En 1941 toma a su cargo el LVI Cuerpo Panzer del Grupo Norte bajo el mando de Höeppner y participa en el inicio de la Operación Barbarroja en la Unión Soviética. Se le confía el mando del XI Ejército y mediante un avance relámpago conquista la Península de Crimea, sin lograr rendir a Sebastopol que resiste el embate alemán. En 1942 por fin conquista Sebastopol y recibe el grado de Mariscal de Campo. 

En noviembre de 1942 se le encomienda el mando del recién creado (Grupo de Ejércitos del Don), situado en la margen derecha del río Don, con la tarea de desbloquear al VI Ejército (de Friedrich Paulus) embolsado en Stalingrado. El IV Ejército Panzer (General Hoth), bajo el mando del Grupo de Ejércitos del Don, logra acercarse a 50 km, pero la aguda falta de suministros de los cercados (según Paulus sólo tenían combustible para avanzar 35 km con los cerca de cien tanques que quedaban operativos en la plaza) hace imposible el avance. La contraofensiva rusa (Operación Urano) hace replegarse al IV Ejército Panzer a más de 200 km de la ciudad. La liberación ("Tormenta de Invierno" -Wintergewitter-) del VI Ejército fue encargada al LVII Cuerpo Panzer, el cual sólo tenía una división blindada en buenas condiciones operativas, la 6.ª panzer tuvo que venir desde Francia para apoyar el intento de liberación del VI Ejército. Las fuerzas blindadas se concentraron para el avance en los alrededores de Kotelnikovo (a unos 150 km al suroeste) e iniciaron el camino hacia Stalingrado el 12 de diciembre de 1942.

La intención de Manstein iba más allá que la mera función de llevar suministros a los cercados; defendía que Hitler diese la orden de retirada al VI Ejército de Stalingrado. Hitler sólo accedió a que se abriese un pasillo para llevar suministros y que un grupo de combate del VI Ejército saliese al encuentro del IV Ejército Panzer, el cual se había estancado en su progreso. El comandante en jefe del ejército cercado, Paulus, no inició la ruptura aduciendo falta de combustible suficiente para conseguir la unión con las tropas de socorro.

En esta primera fase de Manstein como jefe del Grupo de Ejércitos del Don, su actividad se vio frenada por continuas interferencias del Alto Mando Alemán: se desestimó y atrasó el repliegue del ejército del Cáucaso y se impidió la salida del grueso de los soldados de Stalingrado, lo que propició la rendición del 6º ejército.

En 1943, reconquista Jarkov mediante una audaz estrategia. A raíz de esto se genera una de las más grandes batallas de tanques de la historia en el saliente de Kursk (Operación Ciudadela), específicamente en Prochorovka. A pesar de esta victoria, la falta aguda de suministros, el dispositivo alemán experimenta profundos retrocesos y en 1943 Manstein ignora una orden directa de Hitler y ordena el repliegue del XI y XLII Ejército Sur, repliegue que le cuesta al enemigo un gran número de soldados al retirarse desde Cherkassy. Es relevado del mando después de agrias discusiones con Hitler, quien, a pesar de todo, le confiere las Hojas de Roble para su Cruz de Caballero. En esos días una severa oftalmopatía contraída por el frío extremo le obliga a pasar al retiro, donde es internado en un hospital.

A principios de 1945 evacuó a su familia desde la Prusia Oriental ante la ofensiva rusa hacia el Oeste para evitar que fuera capturada por los rusos, pero fue hecho prisionero por los británicos en mayo de 1945.

En 1949 fue juzgado por crímenes de guerra por un Tribunal Militar británico en Núremberg y sentenciado a 18 años de prisión, un grupo de oficiales británicos no estuvo de acuerdo con la sentencia y pagó su fianza, aun así tardó 4 años en ser liberado, padeciendo siempre la misma enfermedad ocular. Al salir de la cárcel, ocupa el cargo de Consejero de la Bundeswehr, reconstruyendo el ejército alemán de la posguerra.
Escribe sus memorias en dos libros: Victorias Frustradas y Vida de un soldado. Fallece rodeado de su famila en Baviera en 1973 a los 86 años.

miércoles, 6 de abril de 2011

HMS Indomitable

El HMS Indomitable fue un portaviones de cubierta blindada que perteneciente a la Real Marina Británica y fue cuarto miembro de la clase Illustrious, compuesta (en el mismo orden) por el HMS Illustrious, HMS Victorious y el HMS Formidable.
A diferencia de sus cuasigemelos, el HMS Indomitable poseía una mayor dotación de aparatos aéreos (55 aviones frente a los 36 de las unidades anteriores).

Botado en 1940, en los astilleros Vickers-Armstrong , en Barrow-in-Furness, al igual que sus predecesores llevaba una cubierta cerrada completamente hasta la proa y con blindaje relativamente suficiente de 76 mm, la cintura poseía un blindaje de 112 mm . Fue alistado en octubre de 1941 y enviado en noviembre de ese año a las Antillas para entrenamiento, en un poco auspicioso viaje inaugural ya que encalló en un arrecife coralino en la isla de Jamaica. Los desperfectos provocados evitaron que el HMS Indomitable se uniera a la fuerza Z del vice-almirante sir Tom Phillips en Singapur, cuyos acorazados HMS Repulse y HMS Prince of Wales resultaron hundidos por ataques aéreos japoneses el 10 de diciembre de 1941. En abril de 1942, en prevención de las incursiones japonesas sobre la isla de Ceilán, Somerville retiró los portaviones al atolón de Addu donde intentó una acción nocturna infructuosa contra las fuerzas de Chuichi Nagumo. Una vez retirados del área las fuerzas japonesas retornó a Bombay donde permaneció hasta agosto de 1942.

Participó en la Operación Pedestal prestando apoyo a la línea de suministros destinadas a la sitiada isla de Malta. En este escenario tuvo su peor momento ya que fue atacado por Stukas y alcanzado por bombas de 500 kgs que penetraron su cubierta blindada en el sector de ascensores causándoles 50 bajas, los daños fueron lo suficientemente graves como para ser enviado a los Estados Unidos para reparación hasta febrero de 1943. Posteriormente, el 15 de junio de 1943, en apoyo de las acciones en la Operación Husky fue alcanzado por un torpedo lanzado desde un bombardero Ju-88 que destruyó parte de la sala de máquinas y ocasionó una fuerte escora que lo obligó a efectuar reparaciones de emergencia en Alejandría para volver a retornar a los Estados Unidos para reparaciones hasta febrero de 1944.

El HMS Indomitable fue enviado entonces al frente del Pacífico donde se reunió con sus portaviones gemelos en acciones contra la isla de Sumatra y en la reconquista de Hong Kong donde perdió gran parte de su dotación aérea. En mayo de 1945, sufrió un ataque Kamikaze sobre su cubierta que pudo tener consecuencias graves; pero esta resistió el impacto y explosión. Sus últimas acciones fueron frente a Okinawa donde sus grupos aéreos destruyeron bases de lanchas suicidas.

Finalizada la guerra, retornó a Inglaterra y fue sometido a una larga sustitución de maquinarias, que prolongó en algo su vida útil hasta 1953, fue finalmente desguazado en 1955.

lunes, 4 de abril de 2011

A-10 Thunderbolt

El Fairchild-Republic A-10 Thunderbolt II es un avión de ataque a tierra monoplaza, birreactor y de ala recta, desarrollado en Estados Unidos por la compañía Fairchild-Republic a principios de los años 1970. Fue diseñado a petición de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) para proporcionar apoyo aéreo cercano (CAS) a las tropas terrestres mediante el ataque a carros de combate, vehículos blindados y otros objetivos terrestres con una capacidad limitada de interdicción aérea. Es el primer avión de la USAF diseñado exclusivamente para misiones CAS.

El A-10 está diseñado en torno al GAU-8 Avenger, un potente cañón automático que forma el principal armamento del aparato. El casco del avión incorpora unos 540 kg de blindaje y su diseño está pensado para dar prioridad a la supervivencia del avión, con las medidas de protección necesarias para permitir a la aeronave permanecer en el aire incluso después de sufrir daños significativos.

Una característica del A-10 es la inusual posición de su par de motores turbofán General Electric TF34-GE-100 de 40,32 kN (9.065 lbf) de empuje cada uno. Debido a su posición elevada, los motores están girados un ángulo de 9 grados con respecto a la línea horizontal del avión para conducir la línea de empuje combinado hacia el centro aerodinámico del avión. Esto evita realizar las compensaciones para contrarrestar el momento de cabeceo de picado necesarias si los motores estuvieran en paralelo con el fuselaje. Los pesados motores requieren unos soportes fuertes, así que cada uno está conectado al fuselaje por cuatro pernos.

Aunque el A-10 puede portar un gran carga lanzable externa, su arma principal integrada es el cañón automático de calibre 30 mm GAU-8/A Avenger, de tipo Gatling con siete cañones rotativos. Esta arma, uno de los cañones más potentes de los que se hayan montado en una aeronave, puede disparar grandes proyectiles de tipo alto explosivo o perforante de blindaje de uranio empobrecido. En el diseño original el piloto podía cambiar entre dos velocidades de disparo: 2.100 o 4.200 disparos por minuto; pero esto se cambió a una cadencia de tiro fija de 3.900 disparos por minuto. El cañón tarda en torno a medio segundo en alcanzar la velocidad máxima, realizando 50 disparos durante el primer segundo y entre 65 y 70 a partir de entonces. Además, se trata de un arma precisa, capaz de situar el 80% de sus disparos dentro de un círculo de 12,4 metros desde una distancia de 1.220 metros (4.000 pies) mientras está en vuelo. El GAU-8 está optimizado para funcionar con la inclinación creada desde 1.220 m con el A-10 en un picado de 30 grados.

En cuanto al armamento externo, el A-10 usa habitualmente el misil aire-superficie AGM-65 Maverick, con diferentes variaciones para guiado electro-óptico (por TV) o por infrarrojos. El Maverick permite atacar objetivos a mucha más distancia que el cañón, por lo que es más seguro en presencia de sistemas antiaéreos modernos. Durante la Guerra del Golfo, ante la ausencia de cámaras infrarrojas de barrido frontal (FLIR) en el propio avión, se utilizaron las cámaras de infrarrojos del misil Maverick para las misiones nocturnas. Otro armamento del que dispone son las bombas de racimo y contenedores de cohetes como el Hydra 70. Aunque el A-10 está preparado para lanzar bombas guiadas por láser, su uso es relativamente raro; a las bajas altitudes y velocidades que suele operar el A-10, las bombas no guiadas estándar ofrecen una precisión adecuada a un coste mucho menor. Los Thunderbolt II también suelen llevar un contenedor de contramedidas electrónicas (ECM) ALQ-131 bajo una de las alas y un par de misiles aire-aire AIM-9 Sidewinder bajo la otra para defensa propia.

Los dos diseños de colores más comunes aplicados a este avión han sido el esquema de camuflaje bosque europeo y un esquema de dos tonos de grises. El camuflaje bosque europeo fue pensado para minimizar la visibilidad del avión desde arriba, pues se consideró que los cazas hostiles suponían mayor amenaza que el fuego desde tierra. Este esquema mezclaba verde oscuro, verde medio y gris oscuro con el fin de mimetizarse en el típico terreno boscoso europeo, y fue usado desde los años 1980 hasta mediados de los 1990. Después de finalizar la Guerra Fría y basándose en la experiencia obtenida durante la Guerra del Golfo de 1991, la amenaza aire-aire ya no fue considerada tan importante como el fuego desde tierra, y se escogió un nuevo esquema de color, conocido como Compass Ghost, para minimizar la visibilidad desde abajo. Este esquema de dos tonos de grises es más oscuro en la parte superior del avión y más claro en la parte inferior, y comenzó a ser aplicado desde principios de los años 1990.

Ha participado en operaciones de combate en la Guerra del Golfo, en los conflictos de Bosnia y Kosovo, en la Guerra de Afganistán y en la Guerra de Irak. Después de ser modernizado en varias ocasiones, está previsto que el A-10 no sea reemplazado por el nuevo F-35 Lightning II hasta el año 2028 o incluso después.




domingo, 3 de abril de 2011

Tanque T-34

El T-34 es un carro de combate o tanque medio de fabricación soviética que fue producido desde 1940 a 1958. Estaba considerado el mejor tanque cuando la Unión Soviética entró en la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad, es considerado el mejor tanque que haya intervenido en la Segunda Guerra Mundial, no por tener mayor potencia de fuego, sino por su equilibrio en el campo de batalla. Y ello incluso por encima de tanques de tanta potencia de fuego como los alemanes y tan rápidos como los de los aliados. Su diseño fue el más efectivo e influyente de toda la guerra. Las primeras unidades fueron producidas en la fábrica KhPZ en Járkov en 1940, Ucrania. Fue el arma principal de las fuerzas blindadas soviéticas durante la II Guerra Mundial y fue muy exportado posteriormente. También fue el tanque más producido durante dicho conflicto y el segundo de toda la historia, tras su sucesor, el T-54/55. Algunos T-34 siguieron siendo usados durante los años 1990. Se calcula que se fabricaron cerca de 100.000 T-34 desde 1940.

En los años 1930, la mayoría de los tanques soviéticos eran el tanque ligero T-26 y la serie de tanques rápidos BT. El T-26 era un tanque de infantería lento, diseñado para mantener el paso con los soldados. Los tanques BT eran tanques de caballería, muy rápidos y ligeros, diseñados para luchar contra otros tanques, pero no contra la infantería. Ambos tenían un blindaje delgado y empleaban gasolina, como la mayoría de los diseños de los años 30, que solían arder en llamas por problemas en el motor. El diésel se convirtió en una ventaja que los soviéticos supieron aprovechar, a pesar de ser más ruidoso, y por lo tanto, más fácil de descubrir.

El T-34 tenía la suspensión Christie de resorte helicoidal del BT, pero prescindiendo de la pesada e ineficaz característica de "convertible", que permitía a un tanque moverse sobre sus ruedas sin necesidad de sus orugas. Tenía un blindaje inclinado, una planta motriz relativamente potente y unas orugas anchas. La versión inicial portaba un cañón de 76,2 mm, a menudo denominado como T-34/76 (originalmente, una designación alemana). A finales de 1943, una segunda versión importante, el T-34/85 comenzó a ser producida, con una torreta de mayor tamaño (con 3 tripulantes como en los carros alemanes) con un cañón de 85 mm.

En 1943, los soviéticos se enfrentaron contra los nuevos tanques alemanes Panther y Tiger. De acuerdo con la experiencia de la Batalla de Kursk, y las peticiones desde el frente de guerra de tener más potencia de fuego a largo alcance, el mando soviético tomó la decisión difícil de actualizar las fábricas para producir un nuevo modelo. El T-34/85 tenía un cañón de 85 mm de mayor potencia y finalmente, una torreta de tres hombres con radio (anteriormente, la radio se encontraba en el casco del tanque). El comandante podía dar las órdenes, dejando el manejo del cañón al artillero y cargador. A partir de 1944, los tanquistas de los T-34/85 comenzaron a emplear munición subcalibre con núcleo de tungsteno (BR-365P), que podía penetrar casi un 40% más que los proyectiles BR-365, pero que al tener una menor cabeza explosiva era menos efectivo en la postpenetración.

El costo para producir un T-34/85 era inicialmente un 30% más caro que el Modelo 1943, unos 164000 rublos, pero en 1945 había bajado a 142000 rublos. Durante el transcurso de la guerra, el costo de un T-34 se había reducido a la mitad, mientras que su movilidad se mantenía igual, y su blindaje frontal y capacidad de penetración del cañón se había casi duplicado.
Al final de la guerra, se construyeron unos 57000 T-34: 34780 tanques T-34 originales desde 1940 a 1944 y otros 22559 T-34/85 desde 1944 a 1945. Tras la guerra, el T-34 estaba fuera de la producción en gran escala en la Unión Soviética en 1946 cuando se construyeron 2701.

La producción se reinició en 1951 en la República Popular de Polonia y Checoslovaquia, donde se fabricaron 1380 y 3185 T-34/85 respectivamente, hasta 1956. A finales de los años 1960, los T-34/85 soviéticos pasaron por un programa de modernización (T-34/85M) para la exportación y la reserva, utilizando componentes de los tanques T-54/55.
Se estima que el total de tanques T-34 es de 84070 unidades, más 13170 piezas de artillería autopropulsada construidas utilizando el chasis del T-34.


sábado, 2 de abril de 2011

Batalla de Trafalgar

La Batalla de Trafalgar tuvo lugar el 21 de octubre de 1805, en el marco de la tercera coalición iniciada por Reino Unido, Austria, Rusia, Nápoles y Suecia para intentar derrocar a Napoleón Bonaparte del trono imperial y disolver la influencia militar francesa existente en Europa. Tuvo lugar cerca del cabo Trafalgar (provincia de Cádiz), donde se enfrentaron los aliados Francia y España (al mando del vicealmirante francés Pierre Villeneuve, bajo cuyo mando estaba por parte española el teniente general del mar Federico Gravina) contra la armada británica al mando del vicealmirante Horatio Nelson.

Los acontecimientos históricos que precedieron a esta batalla se han de encontrar en el intento frustrado por parte de Napoleón de invadir las islas Británicas, en el que la escuadra franco-española debía distraer a la flota británica y alejarla del Canal de la Mancha para dirigirla hacia sus posesiones en las Indias Occidentales. Este plan de distracción fracasó, y se agravó con la consiguiente derrota de Finisterre (22 de julio de 1805). Tras esta derrota, la flota se dirigió al puerto de Cádiz, de donde zarparía el 19 de octubre hacia Trafalgar.

La reciente epidemia de fiebre amarilla que había azotado Andalucía entre 1802 y 1804 dejó a la flota española sin la cantidad suficiente de tripulantes, por lo que muchos de los marineros tuvieron que ser reclutados en una apresurada y obligada leva. Estos marineros eran de diversos orígenes: mendigos, campesinos, soldados de infantería... Por otro lado, el estado mismo de los buques era lamentable, tanto que algunos capitanes españoles habían sufragado de su bolsillo las reparaciones y la pintura de sus barcos para no quedar deshonrados ante los capitanes franceses. El marqués de la Ensenada consiguió, durante el reinado de Fernando VI, modernizar la vieja marina española y aumentar su prestigio, que ya se iba deteriorando. Además, a él se le debió la ampliación de los astilleros de Cádiz, Cartagena, Ferrol y La Habana, de donde salieron algunos de los barcos participantes en Trafalgar. La modernización de la Armada era una necesidad de urgencia, que si bien se mantenía en pie como para intentar defender el Imperio, ya no estaba en condiciones de sostener un combate a gran escala contra la más moderna de las flotas.

El general Mazarredo llegó a comentar lo siguiente acerca de la composición de la flota en su momento: «Llenamos los buques de una porción de ancianos, de achacosos, de enfermos e inútiles para la mar». Estas palabras serían más tarde refrendadas por el mayor general don Antonio de Escaño, que escribió en su Informe sobre la Escuadra del Mediterráneo lo siguiente: «Esta escuadra hará vestir de luto a la Nación en caso de un combate, labrando la afrenta del que tenga la desventura de mandarla». De forma que se puede observar la impresión pesimista que los oficiales de la flota española tenían antes de la batalla. Incluso los altos mandos españoles habían expresado las nulas posibilidades en un enfrentamiento directo contra la flota inglesa, y propusieron una estrategia de esperar en el puerto el paso del invierno, a la par que la flota inglesa podía verse debilitada en la mar mientras los bloqueaban y soportaban las tormentas que pudieran surgir.

La flota española anclada en Cádiz quedaba compuesta por 15 navíos, al mando del Teniente General Federico Gravina y Napoli

La Marine Impériale francesa era considerada la segunda en importancia de la época. Estaba dotada de barcos potentes y modernos, pero la Revolución francesa había dejado el cuerpo de oficiales a marinos inexpertos en sustitución de los antiguos mandos, ajusticiados durante el proceso revolucionario por su origen aristocrático. La mayor parte de los oficiales eran inexpertos en citas bélicas de importancia, careciendo de capacidad de lucha, mientras que las tripulaciones carecían de experiencia profesional naval, abusando de soldados del ejército de tierra para los navíos. La flota estaba al mando de Vicealmirante Pierre Charles Silvestre de Villeneuve, y constaba de 18 navíos.

Por otro lado, la escuadra inglesa de 27 navíos al mando del almirante Nelson estaba compuesta por marineros profesionales, casi todos con varios años de mar y amplia experiencia en combate. De hecho, eran los mismos marineros y buques que habían puesto en jaque a Francia y a España en varias ocasiones como en la Batalla del Cabo de San Vicente, en la Batalla del Nilo o en la ya comentada del Cabo Finisterre. Además se encontraba comandada por un almirante que se había convertido por méritos propios en toda una leyenda en Inglaterra y en el resto de Europa.

La flota inglesa, al mando de Nelson, atacó en forma de dos columnas paralelas en perpendicular a la línea formada por Villeneuve, lo que le permitió cortar la línea de batalla enemiga y rodear a varios de los mayores buques enemigos con hasta cuatro o cinco de sus barcos. En un día de vientos flojos, la flota combinada navegaba a sotavento, lo que también daba la ventaja a los ingleses y, para colmo de desdichas, Villeneuve dio la orden de virar hacia el noreste para poner rumbo a Cádiz en cuanto tuvo constancia de la presencia de la flota inglesa. El cuerpo español no estaba de acuerdo en esto. Al parecer, Churruca, mientras leía las señales con el anteojo, manifestó: «el almirante no sabe lo que hace, la flota está perdida». Villeneuve intentaba huir casi sin presentar batalla, cuando la flota combinada francoespañola era, en cuanto a navíos, superior a la inglesa. La virada se realizó desordenadamente, ya que la virada en redondo con viento flojo tomó mucho tiempo a determinadas unidades muy pesadas y poco maniobreras. La línea de combate quedó deshecha y desaprovechada su mayor potencia de fuego. El ataque de Nelson desorganizó completamente la línea, consiguiendo la división de ésta en tres. Esto permitió a la escuadra de Nelson capturar a los barcos franceses y españoles, cortar la línea y batirles con artillería por proa y popa, los puntos más vulnerables de este tipo de embarcaciones. El combate empezó al mediodía, cuando un cañonazo de un navío de la retaguardia de la combinada disparó contra el Royal Sovereign que mandaba Collingwood.

Para colmo de despropósitos, la escuadra de vanguardia quedó aislada del combate y se alejó considerablemente del centro de la batalla aún a pesar de las explícitas órdenes generales que dictaban que «si un capitán no está en el fuego, diríjase al fuego». Durante el combate, el Bucentaure hizo enseñas repetidamente a la escuadra de vanguardia para que virase hacia el combate, orden que, inexplicablemente no fue atendida al momento por Dumanoir al mando de la agrupación. Algunos buques franceses y todos los españoles de esta escuadra viran hacia el fuego; sin embargo, Dumanoir, en un acto de cobardía, huye con su barco, el Formidable, junto a tres más: el Mont-Blanc, mandado por Lavillesgris; el Duguay-Trouin, mandado por Touffet y el Scipion, mandado por Berenguer. Estos cuatro barcos huidos (todos franceses) fueron apresados por la flota británica doce días después de la Batalla de Trafalgar, cuando intentaban ganar la costa francesa a la altura de Cabo Ortegal. Posteriormente, Dumanoir manifestó no haber visto la orden del Almirante debido a la humareda reinante.

En el espacio de dos horas, la mayoría de los navíos más importantes de la flota franco-española ya se habían rendido o ya no disparaban sus cañones. Los comandantes quedaban la mayoría heridos, así como sus segundos. Casi al final del propio combate (hacia las 6 p.m.), el navío francés Achille, del capitán Deniéport, hizo explosión. El motivo fue que se incendió la santabárbara.
A las seis y media de la tarde finalizó el combate, quedando la flota franco-española aniquilada en todos los sentidos. La mayoría de los barcos españoles y franceses que habían sido apresados por la flota británica fueron llevados a Gibraltar. Esa noche se desató una tormenta; algunos barcos no pudieron aguantar, como el Santísima Trinidad, que se hundió con los heridos; otros pudieron llegar a las costas del Golfo de Cádiz.

Esta derrota no solo significó el fin del intento napoleónico de domino marítimo, sino que también el fin de España como potencia colonial y marítima, ya que nunca se recuperaría de este duro golpe.

A modo de curiosidad, decir que Nelson murió en la batalla, y su cadáver fue introducido en un barril de brandy para conservarlo hasta su llegada a Londres.


viernes, 1 de abril de 2011

El Arcabuz

El arcabuz es una antigua arma larga de fuego de avancarga, antecesor del mosquete. Su uso estuvo extendido en la infantería europea de los siglos XV al XVII. 

A pesar de su longitud, el disparo era de corto alcance (apenas unos 50 metros efectivos), pero letal, en esa distancia podía perforar armaduras. Era fácil de manejar y desplazó rápidamente el uso de la ballesta, que desapareció a mediados del siglo XVI. Si se comparan sus prestaciones en combate con los arcos y ballestas, era imprecisa y de menor alcance, pero más poderosa, intimidadora y requería mucho menos destreza para manejarla con eficacia. Aunque el uso del arcabuz estaba difundido antes de la invención del mosquete (su evolución), fue contemporáneo y rival en uso de esa segunda arma, la cual le desplazó lentamente, despareciendo casi completamente en el siglo XVIII.

El mecanismo detonante más corriente fue el de mecha, más usado en el siglo XVI y de pedernal aparecido a mediados del siglo XVII.
El mecanismo de mecha consisitía en colocar una mecha encendida en un trozo de hierro a modo de palanca, llamada serpentín que, accionada por el gatillo, se introducía en el oído (donde se encontraba la cazoleta, llena de pólvora), donde se producía la explosión disparando la bala.
A mediados del siglo XVI se introduce en los arcabuces la cubrecazoleta, una tapa que cubría en las marchas o días lluviosos la cazoleta, pues si la pólvora se mojaba, no se produciría la explosión.
El mecanismo de pedernal no se introduce en el arcabuz hasta, más o menos, 1670. Para entonces, el arcabuz no era un arma de fuego de infantería, pues el arcabuz había sido sustituido por el mosquete, sino de caballería. El mecanismo de pedernal era más caro, aunque más seguro y eficaz para el soldado. La llave de pedernal consistía en introducir una piedra de pedernal que funcionaba como mecha. Se introducía en la cazoleta y se producía la explosión pues se producía chispa. El mecanismo era parecido al mecanismo de la mecha pero se sustituía la mecha por la piedra de pedernal.

La munición del arcabuz consistía en la pólvora y la pelota, la bala propiamente dicha. La bala, de forma esférica, estaba hecha de plomo y solía pesar unos 10 g aproximadamente. Las balas debían estar hechas de tal manera que entrasen holgadamente en el cañón del arcabuz. El que existiera una distancia entre la pared del cuerpo y la bala (Cristóbal Lechuga, maestre de campo, nos indica que se llama viento) ayudaba a que los gases que se producían en la explosión para expulsar la bala no obstaculizasen y frenasen el disparo, ralentizando a la bala. La bala era introducida por el cañón, como arma de avancarga. Se introducía gracias a una baqueta de hierro que era usada como rascador (para limpiar la pared interna del arcabuz) y atacador (para que llegase la bala a la recámara). Las balas eran hechas, a veces, por los mismos soldados, quienes adquirían plomo y una tenaza con la que se hacían las balas, pues tenían la forma.
El soldado llevaba dos tipos de recipientes para la munición, un frasco donde se llevaban las pelotas y un frasquillo donde se llevaba la pólvora para cebar la cazoleta. En algunos casos, se llevaban recipientes con la bala y la cantidad exacta de pólvora, estos frasquitos en los tercios españoles eran doce y los soldados los llamaban comunmente los doce apóstoles.
Para accionar el mecanismo de mecha se llevaba una cuerda formada de lino o cáñamo, rebozada con agua y salitre, para que, cuando prendiera, diera más fuerza en la explosión. Pero esto ocasionaba que la cuerda se malgastara pues ardía con rapidez.
Para accionar el mecanismo de pedernal, se llevaban varias piedras de pedernal que solían durar bastante.

El alcance útil del arcabuz no superaba los 50 m y habitualmente se prefería disparar a menos de veinticinco metros de distancia del enemigo, pero la evolución y mejoramiento del arcabuz dio más alcance efectivo (se cree que a finales del siglo XVII, podían alcanzar un alcance de doscientos metros).
En ejércitos tan importantes como los tercios españoles, el arcabuz tenía que ser igual para todos los soldados con el único objetivo de que, cuando se terminase la munición, pudieran intercambiarse la munición los compañeros, si estos eran faltos de ella.

El arcabuz, usado en combinación con la protección de picas, cambió la forma de hacer la guerra en Europa. En 1525 los españoles, con esta arma, destrozaron a los famosos cuadros de piqueros suizos en Bicoca. Después le llegó el turno a los caballeros con armadura medievales franceses en Nápoles, durante la Batalla de Pavía, que fueron fácilmente vencidos por los arcabuceros. Desde esa batalla se mostró la eficacia del arcabuz y su uso se empezó a propagar entre los ejércitos europeos. La infantería sería la "reina de las batallas" hasta la primera guerra mundial. Se utilizó por primera vez durante la revuelta de los irmandiños en Galicia (para combatir a los sublevados).