El Yokosuka MXY-7 Ohka fue un avión creado por Japón exclusivamente para ser usado por pilotos suicidas kamikaze cerca del final de la Segunda Guerra Mundial. Los combatientes estadounidenses le pusieron el apodo de Baka, que en japonés significa tonto o estúpido.
Se trataba de una pequeña bomba volante tripulada, trasportada por un bombardero Mitsubishi G4M "Betty", un Yokosuka P1Y Ginga "Frances" (Tipo 22) o por el nuevo Nakajima G8N
Renzan "Rita" hasta las cercanías de su objetivo. Tras ser liberado, el
piloto debía planear para, tras seleccionar un blanco, encender los
motores cohete y picar contra el mismo. La aproximación final era
imparable, especialmente para los Tipo 11, debido a la enorme velocidad
alcanzada, llegando en una ocasión
a atravesar el buque de lado a lado y estallando fuera del mismo.
Versiones posteriores fueron diseñadas para ser lanzadas desde bases
costeras y cavernas, e incluso desde submarinos equipados con
catapultas, aunque ningún Ohka fue empleado de este modo.
La única versión operativa fue el Kugisho/Yokosuka MXY-7 "Ohka" Tipo 11 Atacante Suicida propulsado por cohete. Otras versiones construidas pero que nunca llegaron a operar fueron varias, entre las que destacan los aparatos propulsados por un turboreactor y diseñados para ser lanzados desde rampa, y los preparados únicamente para el entreno de futuros suicidas.